Un viaje a Buzios, un viaje a la definición de color, a
la esencia del contraste. Será que cuando el mundo se creó, la luz decidió
regalar su mejor performance allí? Todo se complementa desde el contraste y se
define por su naturaleza. Los paisajes: mar y morro, las personas, la vida
representada en la simpleza, nitidez y vibración. Si alguna vez se represento
en mi mente el color verde, ahora después de descubrirlo al borde de su
saturación lo que llamaba verde no era verde. Redefinir las huellas mnémicas de
los tonos en mi mente…
Redefino a partir de éste viaje mi noción de hombre y
mujer. Así, me encontré que en Brasil, la gente es de color, no negros,
mestizos o blancos, sienten el color, lo respiran, lo portan, vibran con él
hasta transformarlo en música y samban. Volver a Buenos Aires es el reencuentro
con lo gris. En Brasil el hombre no tiene miedo al no, es natural buscar una
mujer, la mujer no siente vergüenza de su cuerpo, se maquillan, brillos y
adornos y mas color. Como seguir pintando ahora… como reconocer mi parte gris y
no desesperar por hombres de color? Rojo, amarillo, azul… quiero colores por
todas partes y gente colorida con ganas de vibrar.