20 de mayo de 2012
UN REGALO...
Los regalos… no aquello que deseamos y se nos da, no aquella cama llena de los perfumes coqueterías o mujercitas, ni siquiera los regalos que mi padre me daba cuando me enfermaba, que no eran cuidados ni medicina, sino golosinas o juguetes, especies de paga por culpa. Me hicieron un hermoso regalo. De manera insólita, una persona egoísta, frívola y envidiosa me hizo uno de los regalos más preciados. Sin darse cuenta me invitó a compartir alguna tarde en la cual obviando mi presencia, así como si no hubiera estado en la misma casa, en el mismo ambiente se puso a pintar. Desaparecí de su mirada, de su pensamiento. Entonces un pincel agarró mi mano, mi mano agarró a mis ganas, mis ganas vencieron los años que me separaban de la última vez que empuñé un color y entonces el regalo. Gracias… porque he sabido aprender la lección y hacer de la indiferencia y la falta de afecto un espacio creativo.