Mientras todavía
pienso en la muestra de fin de año,
donde uno expone, donde el que no quiere exponer queda expuesto, donde la
mirada sobre los cuadros colgados no alcanza a vislumbrar el verdadero esfuerzo
y compromiso con uno mismo que implica pintar, una nueva estación y la última
de mis chicas árboles comienza a tener forma. Llegó el invierno junto con fin
de año, con la navidad en la parte del mapa donde para éstas épocas lo que caen
son tormentas de verano y no nieve, mi cuadro se tiñe de blanco. El logo del
frío de mi aire acondicionado y obvio mientras hoy pintaba y las puertas
abiertas formaron una corriente, no sabemos si fue eso o lo frío del azul,
calambres en la mano y un apropiado ataque de Reynaud pusieron en perspectiva un invierno fuera de
término. Igual a no abrigarse, mejor
dejar a mano la bikini.