Cualquier aprendizaje conlleva un proceso. Cualquier
proceso convoca errores, y cualquier error un reajuste. De lo general a lo
particular, de arriba hacia abajo y de izquierda a derecha. Una mancha se
transforma en una forma,muchas formas quieren parecer un cuadro. Así de la mano
de una intermitente paciencia, un constante asombro, mi primer óleo terminado.
Mi mayor enemigo: la ansiedad. Mi mas preciado aliado: animarme. Mientras hoy
terminaba de pintarlo, pensaba como me cuestan en general los procesos, incluso
me dieron ganas de llorar, que no pude cristalizar en lágrimas a pesar del
esfuerzo. Es que creo en mi. Sé que me cuesta, que me equivoco, que pongo
sombra donde había luz, demasiada luz en cuestiones definitivamente sombrías,
pero finalmente queda plasmada mi firma. Los logros se escriben en un poco de
óleo mezclado con aceite de lino, brillantes, fluyen y quedan ahí para ser
mirados.