Y empecé a pintar las ramas y las flores de mi árbol
mujer en primavera. Mientras el tierra siena natural, el blanco y el carmín de
alizarina jugaban en mis pinceles y el mate pasaba de mano en mano se vio el
entretejido. No me acuerdo que libro leí alguna vez que decía algo así como que
el tiempo no era lineal sino que formábamos parte de un tapiz. De alguna manera
el irme por las ramas configuró y puso en evidencia una red. Yo conozco a
fulano que justo vino a este taller del que me entere por mengano que ya no
viene, mi ex cuñada pinto una vez algún cuadro y justo lo hizo aquí, quizás
incluso en el mismo atril… Hay redes virtuales de las que nos colgamos y nos
vamos enlazando, enmarañando, hay redes de apoyo cuando tenemos alguna
necesidad que funcionan como ramas a las cuales nos aferramos. Siempre somos
parte de alguna red, de algún árbol genealógico. Lo paradójico es, lo sola que
me siento la mayoría del tiempo...