A pesar de mi edad y las incontables perdidas, no estoy
preparada para dejar partir. Algo de mi parte vil seguramente tiene que ver con
eso. Apropiarme, considerar mío aquello que no lo es, pensar que puedo
controlar algo, sin duda luego me genera angustia. Mis hijos desde el día de su
nacimiento caminan para alejarse, mis grandes amores, mis mejores amigos, mis
afectos, mis pertenencias y ahora lo que pinto.
No soy dueña más que del tiempo en el que transcurro, es
de sabio despojarse. Será por eso que no soy una iluminada, que mi luz es
difusa, a veces parece tiniebla disfrazada de bola de boliche…
Dos de mis cuadros se mudan de país y latieron las
heridas de lagunas veces en las que no quise dejar partir… pero es un arco
iris, es un privilegio pintar y que alguien le dé sentido en su propio mundo.
Buen viaje Girasoles!!!